Aristóteles en su tiempo sostenía que el arcoíris estaba compuesto de partículas de agua que reflejaban la luz solar. Pero fue hasta 1637 cunado René Descartes dio la primera explicación científica del fenómeno.
El arcoíris se basa en los fenómenos de refracción y reflexión que experimenta un rayo de luz cuando pasa de un medio a otro. Los rayos de luz penetran en una gota esférica de agua. Si lo hace perpendicularmente no se desvía, y al llegar a la parte posterior de la gota se refleja siguiendo la misma dirección
A medida que rayos paralelos van incidiendo cada vez más arriba del rayo inicial, el rayo emergente final que sale de la gota, lo hace más desviado de la dirección inicial hasta que la desviación alcanza un máximo. Corresponde a un ángulo de aproximadamente 42º entre el rayo incidente y el emergente. A partir de aquí, los rayos emergentes comienzan a disminuir la desviación de tal modo que en esta zona próxima a los 42º existe una concentración de rayos.
Cuando los rayos de luz se reflejan dos veces, no una, en las gotas de agua, se obtiene un arcoíris que se denomina secundario y que es menos intenso que el primario, y el ángulo correspondiente es de, aproximadamente, 51º en lugar de 42º, y además el orden en que aparecen los colores es el contrario al del primario; o sea, el rojo en el interior y el violeta en el exterior.
Por: Olga Salón.
@Marola87
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